martes, 24 de noviembre de 2015

 Las Teorías de la personalidad.

 2.1. Teorías Psicodinámicas.

 Este tipo de teorías son en su mayoría de origen psicoanalítico –Freud y sus seguidores-. Estas teorías clasifican las diferentes estructuras de la personalidad en función de los elementos psicodinámicos que nos llevan a actuar: pulsiones, principios, traumas y deseos reprimidos, mecanismos de defensa. A diferencia de las Teorías del Rasgo y del Tipo, para las Teorías Psicodinámicas nuestra personalidad tiene que ver más con cuestiones biográficas que con elementos fisiológicos y hereditarios. 2.1.1. Sigmund Freud Sigmund Freud (1856 - 1939) Médico neurólogo, inventor del psicoanálisis. Nació en Moravia, trasladándose pronto con su familia a Viena, donde vivió hasta 1938, momento en que se exilió a Londres huyendo de la persecución nazi. Sus investigaciones, realizadas en estrecha colaboración con su amigo Breuer, dan como resultado sus primeros escritos psicoanalíticos, “Estudios sobre la histeria” publicados entre 1893 y 1895.Estos escritos se inspiran en el caso de Anna O., paciente tratada por Breuer, y representan el acta fundacional de la clínica analítica. Esta paciente había somatizado su enfermedad psíquica padeciendo una parálisis. Después de conseguir que la paciente se hiciera consciente de la situación traumática que había ocasionado su enfermedad, la paciente sanó.


 Una perspectiva psicológica del ser humano: La Personalidad. 

1. Definiciones de temperamento, carácter y personalidad.


 Temperamento: Entendemos por temperamento el conjunto de disposiciones afectivas predominantes que rigen las relaciones del individuo con el exterior. El temperamento se basa en la herencia biológica que hemos recibido. Así, por ejemplo, el temperamento melancólico o colérico se basa en procesos bioquímicos muchas veces hereditarios. Carácter: Entendemos por carácter un conjunto de hábitos adquiridos durante toda la vida. El carácter, a diferencia del temperamento es adquirido, no es algo innato. Así, por ejemplo, consideramos como rasgos de carácter: la responsabilidad, el liderazgo, la generosidad. Personalidad: La personalidad es la reunión de temperamento y carácter en una sola estructura. Hoy en día, sólo se habla de personalidad, y no se utilizan los otros dos términos porque es muy difícil diferenciar que rasgos son fruto de la herencia biológica y cuales son adquiridos. Es importante destacar la definición del psicólogo americano Gordon Willard Allport sobre la personalidad: Personalidad es la organización dinámica dentro del individuo de aquellos sistemas psico-físicos, que determinan su conducta y su pensamiento característico.
EL SABER FILOSÓFICO
 <<CONCEPCIONES DE LA FILOSOFÍA>>
 Al tratar de esquematizar las distintas concepciones de la filosofía tropezamos con el inconveniente de que hay tantas concepciones de la filosofía como sistemas filosóficos, y hasta tantas como filósofos. En un intento por sintetizar las distintas formas de entender la filosofía, y sin pretender ser exhaustivos, podemos destacar las concepciones siguientes:

a) La filosofía como saber de saberes.- Desde esta concepción se destaca que la filosofía es un discurso de segundo orden o un discurso sobre discursos (es decir, un saber abstracto). La filosofía permite generalizar afirmaciones de ciencias particulares y aplicarlas a ámbitos más generales. También la filosofía plantea problemas que afectan a determinados supuestos de un saber dado, a sus límites o a sus pretensiones y cuestiona presuntas evidencias de la experiencia común. De este modo, las distintas disciplinas científicas se ocuparían del conocimiento y explicación del mundo (o de alguna parte de la realidad), y la filosofía constituiría un discurso de segundo orden que toma como objeto de reflexión a aquellas disciplinas.

Hominización y Humanización.

En el siguiente archivo pdf puedes encontrar las características principales de los procesos de hominización y humanización, así como una definición del concepto de cultura:
FILOSOFÍA (1o DE BACHILLERATO)
EL ORIGEN DEL SER HUMANO. LOS PROCESOS DE HOMINIZACIÓN Y HUMANIZACIÓN 
A partir de los homínidos se producen una serie de cambios evolutivos que culminan en el Homo 
sapiens. Estos cambios se producen en dos ámbitos: a nivel del organismo (biología) y a nivel de las 
En el plano biológico se producen transformaciones anatómicas y fisiológicas que se incorporan al 
patrimonio genético de la especie humana. Entre estas transformaciones podemos destacar: el 
perfeccionamiento de la bipedestación, el desarrollo de elementos anatómicos y fisiológicos adecuadaos
para la fonación (habla), el desarrollo del cerebro y la prolongación del proceso de maduración (infancia). 
En estos cambios consiste el proceso de hominización. 
En el plano cultural las transformaciones afectan fundamentalmente a las relaciones con el medio 
(desarrollo técnico e instrumental), a las relaciones con los congéneres (cooperación, distribución de
tareas, organización social, etc.) y a la comunicación (desarrollo del lenguaje). Estos cambios constituyen 
Por tanto, podemos decir que la hominización es el proceso evolutivo a través del cual se adquieren 
y consolidan las características genotípicas y fenotípicas del ser humano como especie biológica. A su vez, 
la humanización es el proceso por el cual surge y se desarrolla la cultura. 
La relación entre los procesos de hominización y humanización no es simplemente lineal. Es decir, 
no puede afirmarse que primero haya tenido lugar la hominización (desarrollo biológico) y posteriormente 
la humanización (desarrollo cultural), sino que la evolución biológica y el proceso cultural han ejercido 
una influencia recíproca. Así, los individuos o grupos más evolucionados biológicamente (por ejemplo, 
con un cerebro mayor) tenían mayor facilidad para desarrollar elementos culturales (instrumentos técnicos, 
sistemas de comunicación y organización social, etc.), y los grupos más desarrollados culturalmente 
resultaban ser los más aptos para la supervivencia.
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NATURALEZA Y CULTURA. DEFINICIÓN DEL CONCEPTO <<CULTURA>> 
 La cultura es el conjunto de creencias, valores, costumbres y conductas que orientan la vida de los 
miembros de un grupo, así como el conjunto de instrumentos de que hacen uso en las acciones entre ellos y 
con el medio, todo lo cual se transmite de generación en generación mediante aprendizaje y lleva a los
miembros del grupo a cobrar su identidad. De acuerdo con esto, la cultura abarca tres niveles o 
 a) Nivel tecno-económico: comprende los elementos de la cultura mediante los cuales un grupo social 
se relaciona con el medio. Incluye la técnica y la economía del grupo en cuestión. 
 b) Nivel socio-político: abarca los modos en que los miembros de un grupo social se relacionan entre 
sí y con otros grupos sociales. En este nivel se incluyen las formas de organización social (familia, 
 c) Nivel ideológico: comprende los valores, las creencias, las visiones del mundo y las normas de los

 <<Pienso, luego existo…>>

Descartes
1) En la Biblioteca escolar de nuestro instituto podrás encontrar una novela sobre la historia de la filosofía titulada El mundo de Sofía, cuyo autor es Jostein Gaarder. Entre las páginas 283 y 298 de dicha novela se hace referencia a las teorías de uno de los filósofos más influyentes de la filosofía moderna. ¿De qué filósofo se trata? Resume, en una página, las ideas más importantes de dicho pensador que aparecen en las citadas páginas de El mundo de Sofía.
 2) Busca, en el volumen correspondiente del Diccionario de Filosofía, de José Ferrater Mora, Editorial Ariel (4 volúmenes), que encontrarás en la Biblioteca del centro, al filósofo moderno al que se refiere la pregunta anterior, y resume, en unas seis o siete líneas, la biografía de dicho pensador.
 3) También en la Biblioteca escolar puedes encontrar, en la sección de Filosofía, una obra de este filósofo en la que expone los principios básicos de su sistema filosófico. ¿Cómo se titula esta obra y en qué año fue publicada?
 4) Busca en Internet, en una página web cuyo contenido pueda considerarse fiable, información sobre el filósofo moderno al que nos venimos refiriendo en esta actividad. ¿Cuál es el principio fundamental en el que dicho pensador basa todo su sistema filosófico? ¿Y por qué eligió nuestro filósofo precisamente ese principio? No olvides citar la dirección de la web donde has encontrado la información necesaria para responder esta pregunta.

martes, 10 de noviembre de 2015

Claves filosóficas de los actuales debates culturales

Claves filosóficas de los actuales debates culturales

La presente situación cultural sigue marcada por el gran debate acerca del final de la modernidad que se inició hace una década, aunque sus precedentes se remontan al período de entreguerras. La polémica misma ha perdido fuerza, pero no está cerrada, y todas las discusiones actuales vienen a ser -en un sentido u otro- algo así como corolarios de esta discusión básica.

Otro condicionante que es preciso tener en cuenta desde el principio es la Revolución de 1989, es decir, la inesperada y abrupta caída del bloque soviético, con sus secuelas también inesperadas y, en buena medida, decepcionantes. El papel jugado por Juan Pablo II en el inicio de este proceso tiene un sentido emblemático desde la perspectiva de la nueva evangelización de la cultura, que es el que voy a adoptar en esta exposición.
El gran interés de la polémica sobre el final de la modernidad estriba en que, al hilo de ella, la situación cultural se desbloqueó. Empieza a ser posible cuestionar públicamente las tesis dominantes durante dos siglos -al menos- en Europa y en Norteamérica. Tales tesis son, básicamente, las de la Ilustración: la implacable racionalización del mundo y la sociedad a través de la ciencia; el progreso histórico indefinido; la democracia liberal como solución de todos los problemas sociales; la revolución como método fundamental de liberación de los pueblos y de los individuos. La toma de conciencia de la crisis de la modernidad viene dada por la evidencia histórica de que ninguna de estas anticipaciones se cumple. Acontecen, sin duda, múltiples “progresos” de los que ninguno de nosotros estaría dispuesto a prescindir; pero la magnitud de “efectos perversos” es tal que -por señalar sólo uno de los aspectos de esta equivocidad- estamos ya en condiciones de hacer balance del siglo XX como el más sangriento de la historia de la humanidad. La amplitud y profundidad de esta gran decepción no es casual: apunta a las raíces filosóficas de tan variadas frustraciones. El pensamiento moderno se nos presenta hoy como una ficción intelectual que se ha tornado improseguible. No han fallado ésta o aquélla aplicación, un desarrollo el otro: lo que ha fallado es el paradigma, el enfoque básico del pensamiento moderno. El modelo que ha entrado en crisis es el paradigma de la certeza, cuyos orígenes se retrotraen hasta Descartes. Según este modelo, la realidad no esconde ningún misterio: sus secretos se nos desvelarán progresivamente si somos capaces de utilizar correctamente la razón, de acuerdo con un método adecuado. Si acertamos con el método -y lo ponemos al alcance de todos- se abrirá ante nosotros el panorama luminoso de las objetividades, que quedarán a nuestra disposición para transformarlas por medio de la técnica y ponerla.

El Tiempo y la Eternidad

El Tiempo y la Eternidad.



De la experiencia del tiempo -experiencia dolorosa de un tránsito fugaz que se lleva la vida poco a poco nace la aspiración por la eternidad. Pero este deseo, ¿no será algo ilusorio, una compensación? No, porque como escribe Hervé Pasqua, «el tiempo no puede ser concebido sin la eternidad». Existe un presente necesario que, aun no siendo el tiempo, está en el corazón del tiempo; un presente eterno al que hemos de unir continuamente nuestro presente temporal y que «confiere a la banalidad de lo cotidiano la densidad de lo sagrado».

«El libro de la vida es el libro supremo / que no se puede cerrar o volver a abrir a elección / el pasaje interesante no se puede leer dos veces / pero la hoja fatídica se pasa sola: / se quisiera volver a la página en que se ama / y la página de la muerte está ya bajo nuestros dedos».

La huida del tiempo ha sido cantada por todos los poetas. Cuando el filósofo detiene en ella su atención, se asombra ante el paso incesante de todas las cosas. Todo pasa..., y por ello la pregunta se dirige a su existencia, aquí y ahora, ante la inquietud y angustia de la nada, de donde todo viene y a donde todo parece ir. El paso del tiempo engendra la tristeza, porque, con él, la vida se acaba poco a poco; el tiempo nos aparece como una prisión que desemboca en la muerte. Preguntarse por el tiempo es preguntarse por la existencia: ¿por qué hay seres que existen? La palabra «existente» expresa bien esta síntesis de tiempo y ser de la que estamos hechos. Esta palabra, que expresa lo que es, no es -anotémoslo- sino el participio presente sustantivado del verbo ser.

¿Pero, el ser se reduce al tiempo? Si esto fuera así, el ser mismo estaría desprovisto de valor al estar destinado a la desaparición. El ser-tiempo es, ya no y todavía no, un no ser. Realidad corriente y misteriosa a la vez. ¿Qué es el tiempo? «Si nadie me lo pregunta, lo sé; si deseo explicarlo a quien me lo pregunta, ya no lo sé», aseguraba San Agustín.
La aceptación del tiempo es una conquista difícil. Estamos naturalmente aterrorizados por la irreversibilidad de nuestro propia duración, por la perspectiva de nuestra personal corrupción futura: por eso nos gustaría detener el curso del tiempo. En otras palabras: no podemos experimentar el tiempo sin aspirar inmediatamente a lo eterno. Pero, ¿en qué se funda esta aspiración? ¿Basta el tiempo para afirmar la eternidad? ¿No sería ésta, entonces, el fruto ilusorio de nuestro rechazo del tiempo? Cuestión grave, porque si no existiera la eternidad, ¿en qué se fundaría nuestra aspiración? ¿Puede exigir la adhesión y justificar el martirio un ideal destinado a desaparecer?

Para evitar la ilusión, es necesario partir de datos, es decir, de la experiencia común que todos tenemos del tiempo. Vivimos en el tiempo, y a partir de él nos interrogamos sobre lo eterno. Pero si ambos se reparten la totalidad de lo real, ¿dónde encontrar la eternidad?, ¿al final del tiempo o en el tiempo? ¿La eternidad, no debe estar fuera del tiempo? Si se quiere solucionar el problema de la existencia temporal, se presentan todas estas cuestiones
.